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Kombucha Vallesana

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¿Por qué es tan saludable?

La magia inicia con agua pura de manantial infusionada con té negro, té verde y azúcar orgánicos.
Primero las levaduras convierten el azúcar en glucosa y fructosa, durante el proceso generan poco alcohol y CO2, después las bacterias convierten la glucosa, la fructosa y el alcohol en ácidos orgánicos que nos ayudan, entre otras cosas, a eliminar toxinas. (¿Qué belleza, no te parece?)

Las bacterias en la flora intestinal nos ayudan a ”digerir” los alimentos, es por eso que después de un tratamiento de antibióticos (que destruyen bacterias buenas y malas) sufrimos de trastornos estomacales. Tomar kombucha ValleSana ayuda a tener más bacterias benéficas y combatir a las bacterias patógenas, es como enviar un ejército de aliados a tu flora intestinal.

Nuestra kombucha está VIVA por eso requiere REFRIGERACIÓN. Cada día afuera del refrigerador equivale aproximadamente a 10 días dentro de él.

¿Poco gas? Déjala afuera unos días, puedes verificar cuánto gas tiene girando levemente la tapa.
¿Mucho gas? Enfríala bien antes de abrir para evitar derrames y sírvela en un vaso para dejar escapar el exceso de co2.
Tip: Una vez abierta la puedes dejar sin refrigeración para reactivar la levadura y disfrutarla siempre con gas.

Su sabor cambia con el tiempo, por eso recomendamos tomarla lo más fresca posible (4 a 8 semanas después de envasada). Nunca se echa a perder, si la dejas afuera del refrigerador bien cerrada, generará más gas. Si la dejas en un vaso tapada con una tela se convertirá en vinagre y formará un SCOBY. ¡No tires ese vinagre! es muy saludable, menos agresivo al paladar que el de manzana y lo vas a amar en la cocina.

¿Sabías que el té verde, el té negro, oolong, matcha y muchos más provienen de la misma planta?
La diferencia radica en el método de secado de las hojas de la planta Camellia Sinensis.